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LUCIA'S STORIES FROM ABROAD

Por qué odio desmaquillarme

Se acerca el verano en Brasil y con él el calor que imposibilita el sueño. Traducción: fuera cubrelecho, cobijas, mantas, etc, para dar cabida a un juego de sábanas nuevecito, de un blanco inmaculado.

En aras de proteger mis nuevas sábanas, hoy decidí desmaquillarme antes de dormir. Quiero aclarar que todos los productos que existen para eso me parecen un baño de gato (que en una persona es asqueroso, mientras que ver un gato bañarse es divino). Para mi, la ultimate solution, es agua y jabón.

Quienes han tenido el placer de dormir en mi casa, o han tenido la amabilidad de recibirme en alguno de mis tantos viajes, pensarán que "la desmaquillada" es una práctica muy normal en mi rutina diaria (cuando llegamos a la casa a una hora decente y con un nivel de alcohol en la sangre que permita controlar la motricidad fina, aclaro). Pero no es así, cuando estoy sola, son contadas las veces que me acuesto "cari-lavada". Todo porque le tengo pánico al plan.

No importa dónde me encuentre, Brasil, Colombia, casa, apto, hotel. Detesto la rutina de agachar la cabeza sobre el lavamanos y pasar varios minutos intentando quitar el jabón bajo el incómodo y pequeño chorro de agua. No hay una sola vez que haga este proceso estando sola y no pase por mi cabeza la idea de levantarme y ver a "alguien" parado detrás de mí, en el reflejo del espejo. La imagen varía: puede ser un fantasma, un asesino violador, un muerto, una bruja, etc. Es aterrador levantarme a mirar al espejo. Los segundos que estoy con la cara entre el lavamanos, se pasan imaginándome la sangre regándoseaclarada por el agua y el jabón aún sin limpiar.

A tal punto llega, que hay momentos en que casi siento un cosquilleo en las piernas como si quien estuviera trás de mi, y usara un pantalón muy muy viejo y lleno de tierra. Un calorcito detrás del cuello por la respiración exaltada de quien me va a degollar. Una paranoia que los más expertos compararían con una "perseguidora" de porro vencido, como viendo gremlins en una estación o creyendo que vamos todos a ser arrojados a las vías del tren.

Se preguntarán por qué esto no ocurre con la lavada de dientes. Lo que pasa es que he desarrollado una técnica con el labio inferior (útil en muchos otros tasks) que me permite escupir de lejos sin ensuciarme ni salpicar.

Después de imaginarme al viejito maloliente hoy, tenía que contarles esto. Sobretodo porque ya se acerca mi cumple y quiero que entiendan que los años de más que pueda reflejar mi ya no tan lozana tez, no se deben a la rumba, el trago, la viajadera y la trasnochadera. Juro que si no durmiera maquillada, parecería de 15.

1 comentario

Maria Paz -

Jajajjaa... ¡Seeeeguuurooooo!
Esa es la razón no. 16 por la cual no me maquillo...
Buenísimo el post, de mis favoritos.